En un mediocre partido, Blackburn Roverts, jugando como local, empató 1-1 con el Middlesbrough con gol al último minuto del sudafricano McCarthy. Pero eso para los chilenos pasó a segundo plano. Las miradas estuvieron puestas en el último jugador criollo que deslumbró al país en el torneo local, hace ya casi 5 meses: Carlos Villanueva.
Tercer partido como titular del ex Audax Italiano, pero el primero durando los 90 minutos (94 en rigor).
Carlitos se mostró con movilidad, activo y por sobre todo con muchas ganas de responder a la confianza que le ha entregado su técnico, Paul Ince, desde que llegó a la isla. Sin embargo, no estuvo certero en el último pase, sólo una buena habilitación a Roque Santa-Cruz, pero el arquero rival leyó mejor la jugada llegando así con ventaja sobre el delantero paraguayo a la definición.
El fuerte del “piña” estuvo en la organización del juego, más retrasado y libre sobre la mitad del campo (en los últimos 15 minutos se cargó casi exclusivamente sobre la banda izquierda para que los definidores aprovecharan sus centros abiertos). Sus compañeros le creen, le pasan la pelota, lo buscan, no se lo saltan, lo que ya demuestra el buen trabajo de Villanueva desde que llegó a Inglaterra.
También fue el encargado de la mayoría de las pelotas detenidas, a lo que respondió brillantemente. Lanzó balones (la mayoría al segundo palo) con mucho efecto, potencia y precisión hacia el área chica, pero los rústicos grandotes del Blackburn –con excepción de Santa-Cruz- no supieron nunca sacarle provecho.
Por otra parte, “el piña” logró mostrar pequeñas dosis de su característico talento sudamericano, con taquitos y gambetas cortas que tan difíciles son de realizar en un fútbol donde se privilegia el despliegue, lo táctico y el traslado extremadamente rápido con muchos pelotazos al espacio.
Si bien aún le falta al chileno para transformarse en titular indiscutido y poder echarse el equipo al hombro (lo que suele exigírseles a los encargados de organizar el juego), va bien encaminado y está respondiendo a la confianza de su DT, que no se ha cansado de halagarlo.
